martes, 23 de julio de 2013

SER DIFERENTE NO IMPIDE SER AMIGOS


Una mañana todos los animales de la granja se encontraban jugando, el pato con el perro , el gato con la vaca y muchos animalitos más.

A los alrededores de la granja se encontraba un zorrillo, que miraba como jugaban los demás, queriendo él también hacerlo. De pronto la pelota con la que jugaban el perro y el pato cayó cerca al zorrillo, el pero fue rápidamente a traer la pelota, el zorrillo al ver que el perro se acercaba le sonrió para hablar con él, pero el perro con tan solo verlo huyó despavorido de espanto, ya que los padres de los animalitos de la granja les habían contado que los zorrillos son los animales más apestosos que podían existir y si uno se juntaba con ellos, esos malos olores se les podían pegar.
El perro corrió rápidamente a contarle a sus amigos, provocando un gran escándalo. Cuando todos los animalitos vieron al zorrillo, lo miraron con rechazo y miedo. El zorrillo muy triste y solo, se retiró
preguntándose: ¿por qué nadie quiere ser mi amigo? ¿por qué me rechazan? ¿por qué me juzgan sin conocerme?
Luego de varios días de lo sucedido estaba a punto de llegar un nuevo integrante a la granja, era un conejito muy blanquito y bonito, que por cierto era muy juguetón saltarín, todos los animalitos de la granja lo cuidaban, lo querían y jugaban mucho con él.
Un día el conejito sin darse cuanta que se alejaba de la granja empezó a saltar y saltar hasta que llegó a un lugar desconocido para él, tubo mucho miedo pero siguió saltando. De pronto oyó como los arbustos se movían, se asustó y solo busco un lugar sonde esconderse...

Luego de un buen tiempo decidió salir y se encontró con un zorrillo. El conejito mas calmado y tranquilo por ver quien era, le dijo: ¡hola! ¡me asustaste, pensé que eras un oso! el zorrillo sorprendido de que le hablaran a él, dijo:

-¿me hablas a mi?
-¡claro! ¿a quien mas le voy a hablar? si tú eres el único que está aquí. - contestó el conejito.
-Eres el primer animalito que me habla, nunca había tenido ninguna conversación igual, y cuando buscaba hacerme amigo de alguien, ellos siempre me rechazaban. - dijo el zorrillo sorprendido y emocionado-
-¡Qué tontos, como no querrían hablarte si tienes unos colores muy bonitos! en especial esa línea blanca que tienes en la cabeza y llega a tu espalda.
-¡Muchas gracias! Me alagas con tus palabras. Bueno, ¿tú qué haces por aquí, este no es lugar para un conejito tan  pequeñito como tú?
-Lo que pasa es que de tanto saltar me perdí y ahora no sé como llegar ami granja. ¿Me puedes ayudar?
-Está bien, yo conozco el camino de regreso a casa, pero hay un problema, los animalitos de la granja no me quieren, se asustan cuando me ven y me piden que me vaya, por eso te dejaré cerquita de tu granja, para no ver otra vez como me rechazan.
-Cuando llegue les preguntaré por qué se comportan así, y ellos me dirán qué es lo que pasa - respondió el conejito muy sorprendido.
En ese momento el conejito y el zorrillo empezaron su caminata... Luego de tanto caminar y saltar procedieron a descansar. El conejito se levantó porque había percibido el olor de unas frescas zanahorias y decidió buscarlas. Cuando el conejito iba caminando se encontró con un lobo, el conejito muy asustado gritó: ¡auxilio! ¡me come el lobo! - en ese momento el zorrillo salió de los arbustos a ayudarlo con una de sus armas de defensa (olor de los zorrillos que usan para defenderse) y botó al lobo, quien huyó despavorido.
-¡Muchas gracias amigo!¡me salvaste! jamás pensé que tuvieras el valor para salvar a este conejito que recién conoces.
Pasaron varios días antes de llegar a la granja, días que permitieron que el zorrillo y el conejito se hicieran grandes amigos. Luego de unas horas de larga caminata, el zorrillo vio la granja y le dijo al conejito:
-Bueno, ya llegamos, hasta aquí te voy a acompañar.
-Amigo zorrillo, muchas gracias, gracias por todo lo que haz hecho por mi, jamás olvidaré que salvaste mi vida.
- Y yo jamás me olvidaré de mi gran y único amigo, un conejito tan pequeño que me habló y no me rechazó. -¡Adiós ten mucho cuidado!
-¡Adiós zorrillo, nos veremos pronto! - los dos amigos se dieron un gran abrazo antes de que el conejito se valla saltando hasta la granja.
El conejito al llegar a la granja le contó a sus amigos todo lo que había hecho su amigo el zorrillo por él. Los demás animalitos de la granja habían entendido que el zorrillo no era como se los habían hecho creer, y entendieron que no se podía juzgar a nadie sin antes conocerlo.
El zorrillo quien se alejaba tristemente de la granja, oyó algunas voces que decían:
-Zorrillo ¿quieres a jugar? ¡Zorrillo regresa! ¡sé nuestro amigo!
El zorrillo no entendía lo que pasaba, pero como una de esas voces era la de su amigo el conejito, regresó corriendo a la granja. Cuando llegó a la granja observó la mirada de agradecimiento de los otros animalitos en lugar del rechazo que antes le mostraban. El zorrilllo muy contento se acercó y todos los animalitos lo abrazaban dándole las gracias por lo que había hecho por su amigo el conejito.